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Renovablemente.-El cuidado de nuestro tesoro azul representa un compromiso para llevar a cabo la verdadera evolución social que necesitamos.
¡El agua es un tesoro que vale más que el oro!, es una de las consignas más populares de los últimos tiempos, poniéndolo por encima del oro. Hace años, era común que el argot popular hablara sobre la próxima guerra por el agua, poniéndonos a cuestionar, ¿qué estamos haciendo para preservar nuestro preciado recurso? Cuidar, administrar y gestionar este recurso es el reto de la sociedad de hoy.
República Dominicana es la mezcla de varios recursos que componen su riqueza, encontrando en su gente la responsabilidad individual y colectiva de administrar hasta la última gota. Montañas, ríos, lluvias representa el potencial hídrico extraordinario. El agua no llega todos los días, la expresión “hay agua” cobra sentido donde la Encuesta ENHOGAR – 22 muestra las precariedades en la que se encuentra este preciado líquido.
7 de cada 10 hogares reciben agua potable, cifra que hasta el sol de hoy ahoga a la sociedad dominicana llena de personas que inician su día desde las 3 AM, haciendo un duro esfuerzo para higienizarse. Este rubro poblacional no tiene cómo predecir la llegada del agua y la intermitencia es el caldo de cultivo para la pignoración económica de quienes deben “gastar” parte de su dinero en buscar “agua por fuera”. La misma situación se aúpa de la negligencia normalizada de gastar agua alegremente, como impera en nuestra cultura.
Es hora de promover la participación activa de todos los sectores hacia el cuidado del agua, donde la responsabilidad no es estatal, es ciudadana. Los hábitos diarios que tiene la ciudadanía son el indicador de desempeño para medir hacia dónde escapa el agua. También, está en el impacto que tenemos en nuestras comunidades para llevar el mensaje de cuidado. El salón, el colmado, la banca, etc. son espacios para que cada “compadre” le recuerde al “vecino” que hay que ahorrar agua.
Por ello, cada 22 de abril la sociedad recibe un “cubo de concientización” para recordar el ahorro de agua y la reflexión hacia un uso más sostenible hacia la corresponsabilidad. Por ello, la falta de agua no es un obstáculo ni una sentencia de vida, sino que es un llamado a la obligación de cada ciudadano de reportar averías, fugas y hasta de ahorrar en casa. El cuidado de nuestro tesoro es compromiso colectivo.